Sus sábados de fiestas eran sonados, pero en cierto modo tranquilos. Bailaba hasta alta horas de la mañana, reía y hablaba con sus amigos hasta que volvía a casa a esperar el siguiente sábado. Pero al final sus pacíficos sábados ahora gozan de una aventura distinta, un nuevo pequeño fragmento de historia durante la noche que contar días después y el cual finalmente le sonsaca una sonrisa.
Aun así ocupan ultimamente sus pensamientos, dejando la melancolía de pensar en el, en segundo puesto. Quizás ya se este olvidando poco a poco de ese amor que no lleva a ningún lado, salvo a la tristeza y la soledad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Recuerdos pasajeros