Su cabeza le daba vueltas, sentía nauseas y desprendía olor a todo aquel alcohol ingerido la noche anterior. Un moratón en el ojo y el labio partido le recordó la pelea de la noche anterior a costa de aquella extraña mujer de cabello ondulado. Poco sabia de ella solo que se le acerco en la barra y le invito a un par de tragos, hasta que un chulo empezó a meterse con él, diciéndole que ella era su chica. Un muchacho ingenuo más al que ella engaño para conseguir su propósito: ver como los hombres pelean por ella
Y qué verdad que es! Eso lo he visto yo con mis propios ojitos.
ResponderEliminarSigue escribiendo así, Un beso!