Cuando vio que el mimo ya no hacia gracia se temió lo peor, a ella le encantaba verlos sonreír, perseguir a la gente con sus locuras y verlos tirar de cuerdas invisibles pero ese no, ese en especial estaba triste en una esquina, con ojos llorosos y el maquillaje a medio hacer, oteando el infinito de la calle. Parecía que nadie se fijaba en el y que solo ella lo podía apreciar ya que ella se fijaba en cualquier pequeño detalle que para el resto era insignificante
Pobre mimo. Espero que ella sepa hacerle reír. :) Siento no haber podido devolverte los comentarios pero llevo un ajetreo impresionante estos días.
ResponderEliminarCreo que ella lo ayudara a sonreir...
ResponderEliminar*Besos
Mmm... joo. ¿Qué le pasaba al mimo? Pobre...
ResponderEliminarDa miedo la foto ! :S no quisiera encontrármelo en una noche sin luna la verdad... Menos mal qué siempre hay alguien aunque sea quien menos esperamos que se percata de lo que nos pasa!
ResponderEliminarUn besote.
P.D: Voy a echar de menos tus entradas!
Pedazo de entrada, me ha encantado.
ResponderEliminarPobre mimo triste!
ResponderEliminarJo, pobre Mimo! (siempre me han parecido increíbles)
ResponderEliminarbesos grises!