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jueves, 16 de junio de 2011
El era un tipo corriente, llamaba un poco la atención no por su belleza si no por su forma de ser, se pasaba horas haciendo sudokus en la cafetería de la esquina y fue allí donde la vio por primera vez y se fijo en la manera curiosa que tenia de comer terrones de azúcar, solía quedarse largas horas mirando como el sol jugaba con su pelo rojizo y se reía cuando otros insensatos intentaban entablar conversión con ella. Al final un día el se armo de valor y se dirigió hacia ella, esbozo una sonrisa y se quedo embobado en los ojos violetas de ella. Le tendió la mano y recibió un terrón de azúcar que comió sin poder dejar de admirarla
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siempre me han gustado los tipos especiales de verdad.
ResponderEliminarPues se lanzo, entonces haber que pasa con la chica, si lo acepta o tambien se rie como con todos los demas...
ResponderEliminar*Besos