Alcohol volvía a llamarme como cada día, en vez de omitirle seguía sus pasos, las noches eran borrosas y los días escasos. Creía no tener pasado, aunque en realidad Alcohol se había encargado de borrarlo. Vivía por y para la noche y no fue hasta encontrarme tirada en el baño con el labio partido cuando comprendi que había tocado fondo. El ultimo trago se fue por el desagüe acompañado de gotas de sangre.
Qué triste!
ResponderEliminarSiempre me han parecido penosas las personas que se emborrachan por cobardía y mediocridad. El alcohol no es una salida, sólo es una manera de huir y destrozarse la vida.
ResponderEliminarUn abrazo :)