sábado, 27 de febrero de 2010
Con ropas rasgadas y sucias pedía dinero en la esquina junto a él un cartel pidiendo ayuda, pero para la gente era invisible.
Tan solo tenia un amigo, su fiel compañero, un pastor alemán de unos tres años, que le acompañaba allá donde iba y le proporcionaba algo de calor por las noches.
Cada día era un reto para ellos, buscar comida en contenedores, discutir con otros vagabundos en busca de un buen sitio donde ubicarse...
A veces pensaba en su pasado recordando como era vivir en una gran casa con una buena familia y teniendo siempre algo que llevarte a la boca.
El invierno llegó a la ciudad y era muy duro para pasarlo entre las calles frías y hostiles, perro y amo lucharon contra él frió todo lo que pudieron pero al final el gélido aliento del invierno se llevo sus almas por el mundo
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es un testimonio...impactante, de esos que te ponen los pelos de punta...
ResponderEliminarME HA ENCANTADO,
Bss, Betty