Dejo de batir las alas a la vez que notaba el acero atravesarle el pecho, la sangre brotaba cubriéndola entera era como una manta roja que la arropaba mientras se debatía en la fina linea de la vida y la muerte, sus alas tras la caída se rasgaron y no podía alzarlas mas para surcar los aires con los vientos del este como a ella tanto le gustaba, su herida la abrasaba y la sangre empezó a subir por la garganta hasta salir por sus carnosos labios, expiro por ultima vez maldiciendo al ángel negro que le había matado
Pobre ángel blanco... :(
ResponderEliminarBisitos
Me ha encantado la imagen tan vívida que has conseguido formar en mimente. ¡Sigue así!
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