Se pasaba largas horas sentada en la barra de la cafetería con un café cortado frió y unos cuantos paquetes de azúcar abiertos, el café no le gustaba, pero saboreaba uno a uno los terrones que en teoría debian endulzar la amargura de la bebida. Algún muchacho que la observaba se sentaba a su lado para entablar conversión ya que llamaba la atención por su piel tostada y su larga cabellera rojizo pero sus ojos color violeta se clavaban como puñales en el rostro del curioso y esto hacia que huyeran despavoridos, no era una joven de largas charlas ni tampoco pretendía serlo tan solo quería seguir saboreando el manjar de los terrones
Quien sabe el final de esta historia? La chica era así por algún motivo? Le habían echo daño¿? o solo le gustaba disfrutar de esos pequeños placeres?
ResponderEliminarUn besito
A veces sólo queremos disfrutar de algo que nos hace felices sin distracciones ;)
ResponderEliminarbesitos
¿Sabes que tendrías que hacer? Juntar a la chica de los terrones de azúcar con todas las otras chicas y los otros chicos en una historia. Lo digo porque siempre sacas a relucir aspectos raros de cada uno y los haces increíblemente únicos e interesantes. Tan solo fantaseaba con la idea de verlos juntos. :)
ResponderEliminarMmmm pero que dulces. Sobre todo él. Espero que ese valor no desaparezca. Un beso.
ResponderEliminarPD: ¿Quien es ella?
Hola, les invito a pasar por mi blog :) diariosdevioleta.blogspot.com narra la historia de Violeta, una joven que vive unas curiosas aventuras llenas de misterio y suspenso... Un saludo! ^^
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