Dulce infancia

A veces recordaba lo que era ser pequeña de nuevo. Cuando lo único que importaba era jugar con tus amigos, llegar puntual al parque para hacer nuevas amistades y no preocuparte por amores. Los chicos eran compañeros de juegos, los principes que salvaban a las princesas que aguardaban en los columpios. Los burros que te tiraban el balón para llamar tu atención o levantaban los vestidos para verte las bragas. Echaba de menos las conversaciones absurdas sobre el futuro con mis amigas, como casarnos a los dieciocho y tener hijos e imaginar cada día que seriamos de una profesion diferente. Pero es que a todo el mundo alguna vez le entra ese complejo de Petar Pan a medida que pasan los año.