Los recuerdos de mi mente

                           

                          Realmente fuiste capaz de clavarte aquel cuchillo que acabo con tu vida. Que la sangre fue el ultimo manto que te cobijo del frió final y que tus lágrimas se volvieron rojas según descendían por tus mejillas. Abandonaste la lucha sin despedirte, sin que nadie lo notara, con tus sonrisas forzadas y tu serena voz parecía todo tan normal como siempre. Anna ya han pasado tres meses de aquel incidente y sigo cada noche pensando en ti, se que me pediste que si algún día no estabas buscara cobijo en otra mujer. Pero soy incapaz te jure en nuestra boda que estaría siempre contigo y aunque la muerte nos ha separado, nos reencontraremos con el tiempo.

Allen