Martina se pasaba la vida recogiendo dientes de león, su madre poco antes de morir le contó que eran especiales. Se les podía pedir deseos que al soplar sus semillas los divulgaban por el mundo y así un día se acabaría cumpliendo, pero ella se sentía desilusionada, en el fondo sabia que por muchas vueltas que dieran su madre no volvería
Cierto, los muertos no pueden volver a vivir, pero yo creo que esos pequeños deseos siempre se pueden cumplir si soplas con fe los dientes de león!
ResponderEliminarBesos!
Joana