
Con ropas rasgadas y sucias pedía dinero en la esquina junto a él un cartel pidiendo ayuda, pero para la gente era invisible.
Tan solo tenia un amigo, su fiel compañero, un pastor alemán de unos tres años, que le acompañaba allá donde iba y le proporcionaba algo de calor por las noches.
Cada día era un reto para ellos, buscar comida en contenedores, discutir con otros vagabundos en busca de un buen sitio donde ubicarse...
A veces pensaba en su pasado recordando como era vivir en una gran casa con una buena familia y teniendo siempre algo que llevarte a la boca.
El invierno llegó a la ciudad y era muy duro para pasarlo entre las calles frías y hostiles, perro y amo lucharon contra él frió todo lo que pudieron pero al final el gélido aliento del invierno se llevo sus almas por el mundo
es un testimonio...impactante, de esos que te ponen los pelos de punta...
ResponderEliminarME HA ENCANTADO,
Bss, Betty