La lluvia golpeaba los cristales de la ventana y ella se despertó arropada entre los brazos del hombre que había conocido la noche anterior.
Esa noche se puso su mejor vestido de fiesta y se preparo para la ocasión de ligar, se había hartado de pasar las noches sola con un bol de helado de fresa y viendo las películas repetidas de la television. Una vez lista se marcho a un bar de moda, se acerco a la barra y allí los hombres no dejaban de acercarse invitándole a una copa, con la excusa de llevársela a la cama.
Ninguno le llamaba la atención, hasta que vio a uno que le resulto peculiar, la mirada que tenia mientras la recorría era hipnótica y tenia una sonrisa que la dejo perpleja. Se acerco, bebieron y ambos hablaron de su vida.
Llego la hora de volver a casa y el decidió acompañarla en el taxi, ella vivía en un pequeño apartamento con vistas a la bahía de San Francisco, al llegar allí, le invito a subir para tomar la ultima copa, la cual dejaron a medias al igual que el cigarro que el se fumaba, que acabo consumiendose solo en un cenicero, no pudieron evitar la pasión de esa noche e hicieron el amor hasta que sus cuerpos sudorosos se cansaron y dejaron que el sueño los consumiera.
Y ahora estaba despierta y feliz por fin había encontrado con quien pasar el resto de sus días
Me gustan las últimas cosas que has escrito... son unos textos que se leen con impaciencia.
ResponderEliminarMuy interesante y enigmático encuentro...
ResponderEliminarEste tipo de historias son atrapantes...
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