miércoles, 18 de mayo de 2011
Digamos adiós a los besos, a las caricias, a los abrazos, a las conversaciones tontas, a reflejarse en tus pupilas, a las risas desencajadas por chistes o historias absurdas, al mundo bajo los pies que describíamos en cada recoveco de la habitación de la planta 35 del rascacielos de Nueva York, a los amaneceres desnudos y las noches de alcohol acompañadas de resacas mañaneras, a los capuchinos en las terrazas y las copas en la oscuridad, a la droga de tu sexo y de mi sexo y al futuro imperfecto que queríamos. Hoy se puede decir que el mundo llora por nuestra despedida
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No debería ser así. Cosas tan bonitas, tan perfectas y equilibradas no pueden llegar a su fín. ¿Como se entiende? No entiendo que es capaz de hacer que te dejes de reflejar en sus pupilas. ¡No, no y no!
ResponderEliminarUn beso muy fuerte.
Vaya :/ es triste que algo tan bueno tenga un final. Dejar esa habitacion vacia y esas noches sobrias de vosotros. La foto es genial. Besitos.
ResponderEliminarNo me gustan las despedidas. Y menos de historias así. Es imposible decirle adiós (del de verdad) a todas esas cosas, volverán, como recuerdos o como segundas partes, pero siempre vuelven..
ResponderEliminarBesos grises :)
Y me pasa algo bastante similar, UNA DESPEDIDA...
ResponderEliminar*Besos
Y yo la lloro también...
ResponderEliminarSimplemente perfecto... me encanta este texto! Un besote
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