martes, 12 de julio de 2011
Deambula por las calles cual vagabunda, perdida en una ciudad que apenas conoce, unos céntimos suenan por su cartera, y su pesada mochila le machaba la espalda, hacia dos meses que había abandonado su casa para ir a la aventura y ahora junto a sus pies doloridos añora el calor del hogar. Alexandra siempre había sido así, impulsiva, no se paraba a pensar las cosas, motivo por el que se metía en un montón de líos y por lo que un día harta de los gritos se marcho a conocer mundo. Pero ahora es cuando maldice su cabezoneria sola, mojada y sucia en un rincón de la gran ciudad
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Talvez solo fue una piedra en el camino. Un beso.
ResponderEliminarA veces nos equivocamos, pero todo tiene solucion...
ResponderEliminar*Besos
Creo que todo el mundo ha tenido el impulso de marchar lejos pero que muy pocos se atreven realmente a hacerlo... Pobre Alexandre, seguro que volverá a casa y sabrá apreciar de veras lo que realmente importa.
ResponderEliminarUn besito !