Ella era de las que desayunaban con diamantes, rodeada de dolares y siempre vestida a la ultima moda de París. Tenia el pelo tan negro como la noche y su mirada lujuriosa junto con sus labios pasión guardaban la palabra pecado. Vanidosa desde niña, siempre había tenido aquello que quería y a lo largo de su vida todo le venia regalado. Le enseñaron que el dinero movía montañas y que el resto de las cosas no importaban nada, por ello despreciaba todo lo que le rodeaba. Jugaba con los hombres a los que destruía en un abrir y cerrar de ojos y se burlaba de aquellas que le envidiaban. Pero en su fondo quería algo que el dinero jamas le daría un corazón mas humano
Parece que el dinero es como un ingrediente para la arrogancia. En fin , una cosa es cierta de lo que le enseñaron: mueve montañas.
ResponderEliminarTe sigo! Te importaría pasarte por mi blog?
ResponderEliminarwww.lasmejorescosasalamanecer.blogspot.com
Gracias, un beso!
No me gusta la gente así... pero en fin tiene que haber de todo en esta vida!
ResponderEliminarUn besito.
Exacto, un corazón mas humano...
ResponderEliminarMe encanto el final, ya que no todo es lo que parece :)
*Besos